Por: Andrés Felipe Fonseca Ramírez

El arduo trabajo de las fundaciones en Colombia representa también un sin número de retos y desafíos constantes. Si a estas condiciones sociales y culturales de nuestro país, le sumamos un proceso de adaptabilidad que se requiere ante una pandemia que nos obliga a permanecer en casa, el panorama no pareciera ser el mejor.

Sin embargo, las ganas de aportar a la comunidad, aún en estas circunstancias, se refleja en la labor que realizan otros inspiradores, como por ejemplo la Fundación Niñas de Luz; Su directora, Luz Bonilla, pudo contarnos sobre esta iniciativa a la que esperamos poder seguir ayudando y juntos construir un mejor futuro haciendo parte de su historia.

La fundación nace como un proyecto para ayudar a algunas niñas en la ciudad de Bogotá, pero gracias a la acogida de su razón social y el impacto que generaron, se estructuró como una organización que ahora trabaja, incluso, con niñas y niños de Puerto Echeverry, en Chocó.

Pero, como muchas otras, no son ajenas a la dura realidad que se vive cuando se piensa en iniciativas sociales. “La gente sigue pensando que ayudar es dar lo que no sirve, y es porque no se tiene claro qué es ser solidario. Nuestras niñas no necesitan cosas, necesitan oportunidades y herramientas porque quieren seguir estudiando”, comenta Luz.

A pesar de los tiempos duros que ha dejado esta emergencia, AlasCinco conoció el trabajo que realiza Niñas de Luz, y donó algunos implementos dirigidos a los niños con los que trabajan, tanto en Bogotá como en Chocó. Se espera que, visibilizando su misión, más personas puedan involucrarse para aportar aquello que tanto requieren: compromiso y ganas de ayudar.

En la actualidad, la Fundación Niñas de Luz acompaña a su comunidad con escuelas de arte, deporte, inglés y hasta formación política y liderazgo, para empoderar mujeres y hombres que desarrollen y fomenten espacios de igualdad e inclusión en nuestro país.