Por: María Paula Navarrete

Una sana alimentación es una de las bases para un adecuado crecimiento y desarrollo. Desde temprana edad se le deben enseñar buenos hábitos alimenticios a los niños con el fin de que promuevan un sano desarrollo tanto físico como emocional. De acuerdo con un estudio realizado por la Secretaria de Salud, “con una buena alimentación y nutrición, se pueden prevenir enfermedades que frenen un sano crecimiento y desarrollo en los niños”. 

En Colombia, una de las principales causas de desnutrición es la pobreza a la que están expuestas miles de familias día a día, lo que desemboca en que no tienen los recursos necesarios para adquirir alimentos ricos en proteínas y minerales, que contribuyan a un sano crecimiento y desarrollo infantil, sino que deben sustituirlos por alimentos de menor costo y que no cumplen con los estándares de calidad alimenticia. 

Aún cuando el panorama es sombrío y en Colombia se siguen implementando estrategias que combatan el problema de raíz, en el año 2017 se presentaron altos índices de desnutrición en zonas de conflicto.  

La fundación AlasCinco desarrolla un modelo social que busca empoderar y modificar oportunidades de vida de poblaciones vulnerables, específicamente de estratos 0 y 1, partiendo de una buena alimentación, educación y que busca una reincorporación a la cadena productiva e interrumpir la cada de pobreza, dando como resultado el pilar fundamental de la organización que es la nutrición. 

Foto por: Lidier Sierra

Dentro de este modelo social, se encuentra el programa de productos Espantadores del Hambre, que se centra en la producción de una granola artesanal realizada por madres cabeza de familia, con el fin de lograr la sustentabilidad de la organización y que, además, contiene ingredientes como la panela que sustituyen los azucares faltantes e influyen en una buena alimentación de los niños a temprana edad. 

Desde el modelo social de la fundación, se quieren combatir los problemas de desnutrición que existen en Colombia, focalizándolo en zonas donde llegan personas afectadas por el conflicto armado, como lo es Altos de Cazucá, Soacha, lugar donde la fundación ha adquirido una reputación a lo largo de los años.