Escrito por Esteban Estupiñan
La semana pasada se habló de la necesidad de acompañar la educación formal con procesos que tuvieran en cuenta otras habilidades y así poder impactar en la vida de los jóvenes a través del reconocimiento de todas sus potencialidades en diferentes niveles. Hoy, pensando en cómo las habilidades deben servir en función de alcanzar objetivos, surge la necesidad de plantear un propósito en la vida y desde ahí establecer un camino donde las habilidades ayuden a construir la ruta para cumplir la meta. Invitamos a nuestros lectores a formar parte de la reflexión, ya que el tema de hoy se puede ampliar a las particularidades que vive cada uno en su vida.
Pensar en el propósito de nuestra vida es muy complejo, muchos de nosotros hemos crecido en ambientes donde se nos dice qué tenemos que hacer y cuáles son las únicas posibilidades para ser exitosos. El reto, desde nuestra infancia, ha sido encontrar el sentido a nuestra vida y poder hacer lo que realmente queremos y disfrutamos. Aunque el reto esté presente en nuestra cotidianidad, es fácil ceder ante la presión del mundo, perder el rumbo y olvidar cuál es el sentido que tiene la vida, cuáles son los sueños que nos motivan a seguir en todo momento.
Es así como “sueños” se convierte en una palabra fundamental que va más allá de la idealización del futuro, nos permite fijar un objetivo, dar un rumbo y tomar el devenir con las manos. Soñar nos permite centrar el propósito, establecer un punto de llegada y trazar su recorrido con una brújula que guía nuestro camino.
Para empezar a soñar es importante partir de la pregunta ¿quién soy? Desde el reconocimiento interior se empieza a esclarecer el objetivo y la ruta. A partir de la definición de lo que yo soy, es posible tomar las decisiones y entender todas las opciones con claridad para transformar mi historia y llegar a lo que realmente quiero ser y hacer.
No hay un momento clave en la vida para empezar estas reflexiones, los sueños se pueden cumplir sin importar la edad. Lo realmente importante es el interés en hacerlos realidad y la capacidad para empezar a conocer y definir quién soy, qué puedo hacer y por qué quiero hacer las cosas que hago. En AlasCinco buscamos que nuestros jóvenes puedan repensar lo que hacen y quienes son, para así empezar, desde su juventud, con una reflexión que guiará todo su camino. También queremos abrir la reflexión a quienes nos leen y preguntarles ¿cuáles son sus sueños?
Desde AlasCinco le agradecemos especialmente a Ama Educación Emocional por brindar el espacio para pensar desde los sueños, el futuro y el propósito de vida. Igualmente, por permitir el espacio para brindar a nuestros jóvenes las herramientas para que sean conscientes del futuro que quieren y la necesidad para que piensen desde sus sueños.