Escrito por Valentina Albán
Este año, Fundación Corona publicó el Informe Anual sobre la situación del empleo inclusivo en Colombia entre los años 2018-2019, en el documento se analiza la situación de empleabilidad de categorías poblacionales específicas tales como las mujeres, los grupos étnicos, la población víctima del conflicto armado y los jóvenes, una categoría que desde el momento en que entran en la adolescencia hasta que llega a su etapa laboral se ha visto enfrentada a superar distintas barreras que les impiden cumplir sus metas o propósitos.
La situación de los jóvenes en Colombia ha sido catalogada por muchos años como crítica y desafiante, una de las razones es su alta tasa de desempleo y deserción escolar, por ejemplo, tan solo para el año 2018, el 46,9% de las personas entre 18 y 28 años se encontraba desocupada, es decir, ni estudiaba ni trabajaba. A este porcentaje podríamos sumarles el número de jóvenes que habita en contextos difíciles, enmarcados entre la violencia y las pocas oportunidades para crecer o desarrollar su potencial.
Bajo esta perspectiva, se hace necesario crear espacios en donde se desarrolle y se apoye el talento joven, abrir oportunidades para que sus opiniones sean escuchadas y se tengan en cuenta, fomentar el uso de herramientas creativas para recuperar su imaginación y despertar la innovación, una apuesta a que se conviertan en líderes de sus propios proyectos, de su entorno familiar y de su comunidad.
No obstante, no todo es negativo, hoy queremos destacar la labor que están haciendo las nuevas generaciones, jóvenes empoderados que quieren cambiar realidades, que se unen en función de dar solución a problemáticas que ven y sienten en el entorno en el que habitan y que han sido apoyados por grandes organizaciones que creen en su talento y posibilidad de ser agentes de cambio.
Un ejemplo de lo anterior es Ashoka, una Organización creada con el fin de apoyar emprendimientos sociales con ideas innovadoras que dan solución a problemáticas sociales a nivel global y que dentro sus prioridades organizacionales le ha dado un papel relevante a la juventud, generando iniciativas de formación y educación basadas en liderazgo, trabajo en equipo y emprendimiento social a chicos y chicas desde los 12 a los 20 años.
En otras palabras, les está dando el poder para ser visibles, empoderados y enfocados en objetivos que cambian realidades. El ejemplo de Ashoka es una de las razones por las cuales desde AlasCinco le apostamos a las nuevas generaciones y creamos estrategias innovadoras para potencializar sus talentos, mejorar su nivel académico y buscar oportunidades laborales para ellos en un futuro.
Esta es una invitación a todos, a los padres, profesores, sector corporativo y social a transformar la idea de juventud, pasarla de compleja, insegura y dependiente a enérgica, empoderada y auténtica; a creer y potencializar los talentos que tienen, a despertar su curiosidad y aceptar su forma de pensar, porque ellos están marcando una diferencia, una diferencia que en un futuro va a llegar con nuevas ideas a transformar y mejorar compañías, espacios educativos y escenarios políticos.