Escrito por Esteban Estupiñan.

Abrimos agosto, mes de las juventudes, con un blog dispuesto para la reflexión y el análisis sobre el papel de los jóvenes en la construcción del futuro. El aprendizaje más valioso que hemos adquirido trabajando de diferentes formas en el barrio La Isla, es la fuerza y la capacidad que tienen los jóvenes para adueñarse de su futuro y empezar a conquistar sus sueños. En cada sesión y con cada conversación, los chicos y las chicas se muestran con mayor ímpetu ante el futuro.

Las reflexiones que acá se plantean son logradas gracias a la conversación que tuvimos con María del Pilar Aristizábal, directora de Academia de vida. Destacamos el papel activo y determinante que tuvieron las chicas y los chicos del programa para guiar el dialogo con María del Pilar.

La conversación empezó con una pregunta fundamental, ¿somos esclavos de nuestra edad? Esta pregunta abre la posibilidad de imaginar cuáles son los limitantes y según estos las facilidades para llegar o no a un objetivo dado. Ante una pregunta tan compleja, la mejor forma para responderla es observar quiénes son esos ídolos que desde nuestra perspectiva han triunfado y ver si son capaces de romper con la idea de la edad. Cuando nos detenemos un segundo y vemos quiénes, desde su juventud, han logrado triunfos importantes, podemos decir que la edad no es una cárcel.

Entendiendo que la juventud no es una limitante, la pregunta se abre ante ¿qué otras limitantes pueden existir? Si nos fijamos en nuestros ídolos (al igual que en la edad) empezamos a entender que es posible superarlas, pero lo más importante es la perspectiva con la que se da respuesta. Si entendemos que la dificultad es un reto que incita a la superación, es posible plantarse y enfrentar este reto con toda la energía que implica.

Claro está que no todo es dado y no todo es estático. María del Pilar nos contaba la importancia de los sueños y los objetivos para dar un rumbo claro a la vida, pero muchas veces estos sueños cambian. Es así como la importancia del rumbo radica en la energía y el empeño para llegar a cumplirlo, el valor que tiene buscar y trabajar para conseguir las oportunidades que nos acercan a ese sueño y ese objetivo cambiante, pero decisorio.

La conclusión principal del dialogo fue entender que la juventud tiene una fuerza y energía transformadora que al ser enfocada puede crear el impulso perfecto para cumplir los sueños y alcanzar objetivos. Ante esta conclusión nos imaginamos los jóvenes que nos acompañan como sujetos activos de su propia historia, como los escritores de un cuento cuya narrativa pertenece únicamente a su pluma.

Al final, la conversación y María del Pilar nos dejaron dos cosas valiosas. En primer lugar, una nueva forma para entender cuál es el papel que adquieren los jóvenes para cumplir sus objetivos. En segundo lugar, estrategias claras y puntuales para que cada joven empiece a establecer una ruta de acción directa para cumplir sus objetivos.

Con este escrito queremos dejar sembrada la semilla para que nuestros lectores se pregunten, de la mano de AlasCinco, ¿cuál es el objetivo de esta nueva generación?, ¿qué quieren?, ¿en qué sueñan? Y ¿cómo podemos apoyarlos a cumplir sus objetivos y sueños?